miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Quién es Dios?

                                    ¿QUIÉN ES DIOS?
                
         Sinceramente, esta es, quizá, la pregunta más reiterada y nunca del todo contestada de mi vida. A pesar de no ser creyente, pienso, que negar su existencia sin argumentarla tampoco aporta nada al dilema sobre la existencia o no de los dioses, aunque nos ceñiremos al Dios cristiano, por no ahondar en otras culturas o creencias.

Partiremos de la evidencia de que no es un ser y mucho menos humano; afirmar lo anterior sería poco menos que delirar. Quizás, en las primeras sociedades, en los primeros asentamientos de personas, se utilizara la imagen de un Dios vigilante, observador del comportamiento humano, para implantar el miedo en la sociedad y así poder controlar su forma de actuar como ya se hiciera en la cultura grecolatina.  A día de hoy, dos milenios después, pienso que tal afirmación es absurda y está fuera de lugar.
               
          Mi postura actual es que todo grupo o sociedad (radicado en un tiempo o lugar determinado) necesita de un líder carismático, de un referente, al cual se le considera el epicentro en donde confluyen las virtudes ideales que conforman y componen ese grupo. Es por ello que, la religión cristiana, por ejemplo, nos impone la figura imaginaria de Dios para usarlo como Ideal, como modelo a seguir… Se trata, pues, de reflejar todas sus normas (o dogmas, como ellos les llaman) en ella, en el Icono, de manera que, aún no siendo real, en ella se contiene mediante la argucia de la fe, las creencias y motivaciones que ha de tener un “buen cristiano” para que su comportamiento se ajuste a lo que socialmente marque la casta dirigente. No olvidemos, nunca, que todos los poderes terrenales siempre han estado bendecidos por una religión o creencia, elemento completamente necesario para dominar a los pueblos. Lo material y lo espiritual siempre van de la mano porque son complementos necesarios para el control y el ejercicio del poder.

Partiendo desde esta posición quizá podamos comprender mejor el cómo los cristianos evaden las grandes preguntas, los grandes interrogantes, los dilemas que se han mantenido latente a lo largo de la historia de la humanidad, tales como: ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?... respondiendo siempre con un simple: “venimos de Dios y vamos hacia Dios”. Respuesta sin base ni razonamiento alguno, que está fundamentada como dijimos, sólo en cuestiones de fe, de credos.
Seamos sinceros. Nadie sabe realmente quién es Dios, nadie lo ha “visto” y, probablemente, nadie lo verá.


2 comentarios:

  1. ¡Pero bueno duende! Nunca creí en un Dios único, omnipotente, omnipresente y todo eso, pero la energía... haberla haila y tú y yo estamos conectados (duende y maga hummmmm) No deja de ser curioso que ambos escribamos hoy una reflexión sobre el mismo tema. Veo que la tuya está escrita primero pero te lo juro por... ¿Dios, Maradona, Elvis Presley? que yo acabo de leerte ahora. Jajaja Un abrazo compañero!!

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  2. No te quepa la menor duda de que te creo jeje .. pues ya ves casualidad o no ha sucedido. Espero que coincidamos en muchas mas cosas. Un saludo y aquí está a tu disposicion este "pequeño proyecto de escritor". Un abrazo

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