Y muchos dirán, ¿cómo qué no? ¿Acaso alguien puede llegar a pensar que es de derecha? Pues a veces por su sectarismo alguien incluso podría compararle con la más rancia derecha pero es evidente que no me vengo a referir a eso. Más que izquierda o derecha, Podemos es un partido OPORTUNISTA.
Y no, no lo digo en términos despectivos sino basándome en una realidad más que evidente y que el tiempo ha confirmado. No nació siquiera como un partido con programa propiamente dicho sino que aprovechó la OPORTUNIDAD que le brindaba un descontento generalizado, una sociedad desconforme con el sistema bipartidista para así poder crear un grupo de adeptos a este nuevo “movimiento”. Que como ya he dicho no estaba siquiera formalmente creado (tal es la cosa que el logo de las elecciones europeas ´14 era directamente la cara de Pablo Iglesias uno de sus líderes más visibles).
Con el tiempo, vista la aceptación y el seguimiento que habían tenido se fue forjando un discurso que ha pasado de ser bastante radical a ser (al menos aparentemente) más moderado. Póngase por ejemplo el caso de pasar de llamar casta al PSOE a denominarlo “socio de gobierno”.
La triste realidad es que todos los votantes de Podemos no son perroflautas ni gente que fuma porros ni delincuentes ni nada por estilo. Y aquel que lo afirme miente. Simplemente han sabido canalizar ese voto del descontento. Los votantes de este partido son gente muy diferente y variopinta pero que tienen un denominador común y es que se aferran a las dos palabras que Podemos lleva por bandera que son “ilusión y cambio”, la mayoría ni siquiera habrá leído su programa electoral ni conocerá realmente el alcance que podrían tener sus propuestas (para bien o para mal) pero le basta con eso. Le basta con que algo le ilusione y sobre todo con que algo en este país CAMBIE
