jueves, 7 de junio de 2012

Hubo un tiempo..

Hubo un tiempo donde todo era perfecto: risas, confidencias, cariño… Piensas que eso nunca va a acabar, quieres parar el tiempo y vivir en esa “burbuja” eternamente. Pero lo que no sabes que un día esa burbuja se va a pinchar que todo se desvanece como un castillo de arena que se derrumba ante tus ojos.

     De eso hace ya bastante tiempo las cosas han cambiado mucho. Ya nada es igual aunque se suele decir que donde hubo llama quedan cenizas. Son muchas las razones que se tienen para limpiar esas cenizas, pero aún así siguen estando y a veces las contemplas y recuerdas el pasado. Ese pasado donde estaba ella, esa que te hacía reír y con la que compartías tanto pero que luego dejo de hacerlo e incluso te hizo llorar. Fueron muchas las noches que intentabas consolarte pensando que tarde o temprano iba a cambiar y volvería a ser como antes. Por desgracia ese día no llegaba y eran una tras otra las puñaladas que se clavaban en el corazón. Pero ese corazón no iba a morir y cada puñalada lo iba a hacer más fuerte. Tanto que ya ni siquiera le herían.

      Y es ahora cuando la ves a ella débil, hundida y tú dudas, no sabes si acordarte de todo el daño y de todo el dolor y pasar de largo. O deberías olvidarlo todo, tenderle la mano y levantarla del suelo. Un suelo donde ella misma ha caído por su egoísmo y del que no es capaz de levantarse.

Sabes que nada volverá a ser igual pero ¿vale la pena seguir así el resto de la vida?